La semana más esplendorosa del año es la que está iluminada por la luz adorable de la resurrección de Jesucristo...
El misterioso y sublime camino por el cual es conducida un alma que es ungida y bautizada en el Espíritu Santo, lleva a un punto supremo, a un momento excepcional de la vida, que es la absoluta consagración de la existencia de Dios...
Quiero escribirles a ustedes sobre Alguien misterioso, invisible, real, operante, imprescindible, cercano, poderosísimo, definitivo en nuestra vida: es el Espíritu Santo. ¡Quién pudiera hacer el elogio del Espíritu Santo en la vida del hombre, en la vida del santo, en la vida del cristiano, en la vida del amor que ha sucedido en el mundo! ...
En sus viajes misioneros en Asia Menor, llegó Pablo a Éfeso, una ciudad bellísima en aquella época. Allí había un grupo de cristianos; Pablo los miró y conversó con ellos y vio que eran fríos, muy imperfectos, y les hizo esta pregunta: ¿Han recibido ustedes el Espíritu Santo después de que creyeron? Y ellos le dijeron: Nosotros no hemos oído decir siquiera que exista el Espíritu Santo (Hech 19, 1-2).
La más grande fiesta cristiana es la de Pentecostés, día en que el Espíritu Santo vino a los apóstoles y nació la Iglesia de Cristo.
La más grande fiesta cristiana es la de Pentecostés, día en que el Espíritu Santo vino a los apóstoles y nació la Iglesia de Cristo.